martes, 7 de septiembre de 2010

Guiando Rebaños

Cuentan los viejos de antaño, que en las punas de los andes cuando por primera vez trajeron los españoles a las mansas ovejas, no les fue difícil poder criar a estas mansos animales, que por casi nada solían entregar uno de sus mas preciados tesoros, su lana.

Los españoles acostumbrados a la cría de estos animales, enseñaron a los ya nuevos pastores de las nueva tierras que conquistaron, a como trasquilarlas, y aprovechar de ella su lana, y su carne, ellos entendieron que estas nobles criaturas, darían todo si sus pastores simplemente daban todo por ellas.

Esta vieja historia me hizo recordar las palabras del mas grande personajes de todos los tiempos, cuando una vez dirigiéndose a sus seguidores les refirió la siguiente frase: Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas, frase que tal vez para nosotros para nosotros no resulte tan importante, pero si alguna vez lograra conversar con un pastor de ovejas, este le dirá lo importante que son sus ovejas para él.

Es más también le dirá que cada pastor tiene algo así como un código por el cual llama a sus ovejas, el ejemplo es, que si en una pradera se encontraran varios pastores con varios rebaños, y tocara la hora de irse, cada pastor llamara a sus ovejas con un llamado diferente, y cada oveja seguirá a su pastor, de nuevo menciono a este gran hombre: Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen.

Imagínese esto, este gran hombre es nuestro Señor Jesucristo, quien desde el principio de su ministerio nos enseñó y nos guió por un buen sendero, tal como el lo prometió: y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.

Ahora bien el ya no está en cuerpo, pero a través de su Espíritu Santo el ha logrado cumplir esta promesa, levantando hombres y mujeres que continúan con su labor de pastorado para su iglesia, hombres que han aceptado el llamado de Dios para que por medio de su palabra puedan seguir guiando a su pueblo por el mismo camino que el empezó, muchos de ellos han dado su vida por este cometido, y Dios los ha sabido recompensar, hoy en día podemos ver que muchos llegan a los pies de Cristo, porque muchos de ellos decidieron, al igual que Jesús, dar sus vidas por esta causa.

Y en cierto modo queremos brindarles un homenaje a aquellos hombres y mujeres que aceptaron este llamado, llamado que ha sido, desde el principio de los tiempos, piedra fundamental para el desarrollo de la iglesia del Señor.

Gracias queridos pastores y de manera especial, gracias a nuestro amado hermano y pastor de esta Iglesia en Ventanilla.

Seas Bendecido grandemente, por nuestro Dios Padre, fortalecido por el ministerio encomendado por su Hijo Jesucristo, y renovado por el Poder del Espíritu Santo.

FELIZ DÍA PASTOR CESAR MORÁN